Trabajo, ordenar y limpiar la casa, hacer ejercicio, preparar las comidas, realizar los recados pendientes, seguir con el curso, avanzar en tu proyecto… ¿Y descansar? ¿Dedicas tiempo a cuidar de tu salud física y mental?
El ritmo frenético y sin descanso que llevamos hoy en día hay que saber dominarlo. Tomar el control de tus acciones y lo que haces con tu tiempo es súper importante y valioso.
Puede parecer algo complicado o imposible para las personas acostumbradas a ir con el piloto automático y por inercia o a las más impacientes, pero realizar pausas y descansar es necesario.
En el artículo de hoy quiero hablar de la importancia de parar, descansar y cambiar un poco la mentalidad para ser más feliz, fluir mejor y tener una mejor calidad de vida.
Por qué es importante realizar pausas
Tanto el cuerpo cómo la mente necesitan realizar estas pausas para oxigenarse y recargar energías. No es realista pensar que se va a rendir igual cuando se trabaja sin descanso alguno, se duermen pocas horas y se está a mil cosas a la vez, que cuando se toman periodos de descanso y de atención plena.
Intentar llegar a todo, cada día, sin parar ni un momento es engañarse a una misma.
Cuántas veces te habrá pasado que llevas días y semanas sin parar, a tope con el trabajo, la casa, las obligaciones personales, y te sientes abrumada, cansada y frustrada porque ves que no estás haciendo las cosas como te gustaría. Te mueves por inercia y no disfrutas ni del proceso ni del resultado. De este modo, aunque cumplas muchas de tus tareas, al no haber descansado ni un momento sientes que has estado perdiendo el tiempo.
En cambio, cuando te permites parar, descansar y reponer energías con tranquilidad, eres más consciente de cada paso que das, lo disfrutas más y fluyes con más facilidad y naturalidad.
Por todo esto es muy importante aprender a escucharte, escuchar lo que te pide tu cuerpo, y realizar pausas o descansos cuando lo necesites.
No te sientas culpable por necesitar hacer una pausa, porque todas lo necesitamos en algún momento. Además de que aquí importas tú, y no lo que puedan pensar los demás. No lo olvides.
También es muy importante tener presente 2 cosas:
- Las cosas necesitan su tiempo. No quieras correr, no esperes resultados antes de tiempo. Que las cosas tomen más tiempo o no sean tan rápidas cómo esperabas no es malo.
- No todo depende de ti. Ocúpate y trabaja en lo que está en tu mano y confía en el proceso.
Cómo realizar estas pausas
Leyendo esto puede que pienses “Pero yo no tengo tiempo de descansar, no me lo puedo permitir”. Y realmente, la mayoría de las veces no se trata de que tengas o no tengas ese “tiempo”, lo que te impide dedicarte estas pausas es la falta de organización y la falta de un cambio de mentalidad. Y en esto se puede trabajar y se puede mejorar.
Por otro lado, hay casos concretos en los que, por muy bien que te organices, al tener demasiadas cosas, es muy difícil parar y descansar. En estos casos una posible solución es priorizar y eliminar o delegar algunas de esas tareas y decir que no a ciertos compromisos. Lo importante es tener claro que reservar un tiempo a la pausa y el descanso tiene que ser una de tus prioridades.
Hay diferentes tipos de pausa que te pueden servir para recargar energías y volver con más fuerza y conciencia:
- Pausas semanales: reserva unas horas o un día de desconexión a la semana. Puedes dedicar ese tiempo a leer, pasear, o simplemente descansar.
- Pausas para avanzar con tus proyectos personales: si tienes la sensación de que estás dejando a un lado tus proyectos personales, que realmente te llenan y te apetece avanzar en ellos, tómate unas vacaciones de tus obligaciones diarias o del trabajo y dedícalo al 100% a esos proyectos. Cuando hayas podido dedicar las horas que querías, sin distracciones ni preocupaciones, podrás volver al día a día con más fuerza, satisfacción y tranquilidad.
- Pausas para reconectar contigo y recargar energías: desconexión total de todo. De vez en cuando es necesario parar de todo. Trabajo, tareas de casa, compromisos… Unas vacaciones de verdad. Si puedes vete de escapada a un hotel, aunque sean 2 días. No tener que preocuparte por madrugar, no tener obligaciones, ni preparar la comida o recoger luego la cocina… Si a eso le sumamos un spa o un masaje, ya sería el plan perfecto. A la vuelta te sentirás como nueva, y tendrás más fuerza, energía y ganas de seguir con lo que te venga. Te lo mereces.
Si no tomamos nosotras la decisión de reservar un tiempo para parar y descansar, el tiempo y las circunstancias nos van a obligar de un modo u otro..
Escucha a tu cuerpo, no lo sobrecargues. No te sientas culpable por parar y dedicarte a ti el tiempo que necesitas.
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