Esa sensación cuando consigues un trabajo maravilloso y crees que no te lo mereces, cuando destacas en algún proyecto y crees que ha sido suerte, cuando sacas una nota increíble en una presentación y piensas que es porque le caes bien a la profesora…
Todas hemos experimentado en algún momento u otro el Síndrome del Impostor, y sabemos que no es una sensación agradable.
El Síndrome del Impostor es real, y cada vez lo tienen más y más personas. Así que no, no estás sola.
En este artículo quiero hablar de qué es, cómo identificarlo, y qué podemos hacer cuando aparece en nuestras vidas.
Qué es el Síndrome del Impostor
Podríamos definir el Síndrome del Impostor como la incapacidad de asumir que tus logros y tus éxitos son tuyos. Es una manera de reaccionar, un comportamiento que surge ante ciertas situaciones.
Cuando se tiene el Síndrome del Impostor se tiende a quitarse el mérito y atribuirlo a la suerte, a terceras personas o a quitarle importancia a ese logro. Ya sabes: “el examen era muy fácil”, “ha sido suerte”, “podría haberlo hecho cualquiera”…
Lo curioso de esto es que puede llegar a formarse una especie de “círculo vicioso”, ya que piensas que no eres tan buena, quieres mejorar y tiendes al perfeccionismo y te esfuerzas mucho más. De esta manera consigues ser todavía mejor y que te halaguen más por tus logros, por lo que te sientes un fraude y tienes miedo a ser “descubierta”. Y vuelta a empezar.
Cómo saber si sufres el Síndrome del Impostor
Probablemente ya habías oído hablar de él antes, y puede que te hayas planteado más de una vez si era tu caso. Si quieres saber si tienes (o has tenido) el Síndrome del Impostor, te comparto los principales síntomas:
- Miedo constante a ser descubierta como una impostora o fraude
- Expectativas de fracaso en situaciones dónde sueles obtener buenos resultados
- Creer que no mereces tus éxitos y logros, que son debidos a la suerte o a terceras personas
- No crees en tus propias habilidades y capacidades
- Miedo a no dar la talla, a no ser capaz de conseguir algo (similar a otra cosa que hayas conseguido anteriormente)
- Sensación de estar engañando a los demás
Y todos estos síntomas pueden ser debidos a distintas causas, pero las más habituales suelen ser:
- Inseguridad debida a anteriores experiencias
- Infancia o juventud marcada por altas exigencias y críticas
Qué hacer si tienes el Síndrome del Impostor
Llegadas a este punto, nos faltaría saber cómo actuar en consecuencia, qué hacer en estas situaciones. No hay una única respuesta correcta, ni a todas las personas les funcionará lo mismo. Te comparto algunas acciones que puedes realizar y pueden ayudarte:
- Identifica tus sentimientos: es importante enfrentarse al Síndrome del Impostor e identificar los sentimientos y emociones que te provoca. En muchas ocasiones no entenderás de dónde vienen esos sentimientos y será necesario sentarse a analizarlos con calma para saber cómo superarlos.
- Escribe una lista de tus éxitos y analízalos: de este modo podrás reconocer y ser realmente consciente de tus capacidades y de que realmente sí que lo merecías (a pesar de que en su momento le quitaste importancia). Además, podrás volver a esta lista cuando tengas tus momentos de bajón y otro momento de no querer admitir un logro. Te recordará que eres capaz de mucho más de lo que crees. Cuando dudes de ti misma, lee la lista, recuerda lo que has podido conseguir hasta el momento y te sentirás con la fuerza y la confianza de seguir adelante.
- Cuando recibas un cumplido, acéptalo: cuando alguien te haga un cumplido por un trabajo bien hecho, por un éxito conseguido, por lo que sea, no intentes quitarle peso. Puede que al principio te cueste, pero cada vez lo sentirás como algo más natural. Acéptalo, da las gracias y créetelo.
- Apóyate en ESA persona: puede que ESA persona sea tu madre, tu pareja o tu mejor amiga… sea como sea, hay una persona (o varias) que siempre está ahí, que te apoyará y que no dudará un segundo en recordarte lo maravillosa que eres y todo aquello de lo que eres capaz. No viene mal, de vez en cuando, acudir a esa persona para que te despeje las dudas. Si no quieres, no tienes porque pasarlo sola. No se trata de cegarnos con alabanzas, si no de que te ayuden a ver lo que realmente hay en ti.
- Acepta que es un sentimiento transitorio: cuando sufras el Síndrome del Impostor no le des más importancia de la que tiene. Da un paseo, sigue con tu vida y acepta que es un sentimiento que, tarde o temprano, pasará.
No te quites méritos. Nadie te está regalando nada. Sigue así, trabajando por lo que quieres y, cuando lo consigas, disfrútalo y celébralo. No dudes de ti misma. Te lo has ganado, te lo mereces.
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