¿Cuántas veces has intentado hacer un cambio en tu vida (ponerte en forma, aprender un idioma nuevo…) y has abandonado al poco tiempo?
Empezamos a hacer cambios y al no obtener un resultado inmediato, al no ver mejoras a los pocos días, lo dejamos a un lado y volvemos a nuestra vieja rutina.
Crear y mantener buenos hábitos es lo que provocará un cambio de verdad, efectivo y duradero.
Los resultados no llegan de la noche a la mañana. No por esforzarte mucho en un momento puntual de tu vida, o por hacer un cambio drástico vas a conseguir cambios permanentes. La clave está en los pequeños pasos y la constancia, en esas pequeñas acciones que poco a poco interiorizas y forman parte de tu día a día.
Estos pequeños detalles marcan la diferencia entre dónde estás ahora y dónde quieres llegar a estar.
En este artículo quiero hablarte del poder de los hábitos y de cómo puedes incorporarlos a tu vida de manera efectiva.
Beneficios de incorporar hábitos a tu vida
Antes que nada dejemos claros algunos de los beneficios que aportan los hábitos a nuestra vida:
- A la larga, te ahorran tiempo y esfuerzo. Al haber interiorizado ciertos comportamientos, acciones o procesos, te salen de manera automática.
- Gracias a esta automatización inconsciente, puedes dedicar plena atención a otras tareas.
- Al tener más “espacio mental” puedes dedicar tus esfuerzos y creatividad a nuevos retos.
- Obtienes resultados duraderos.
Cómo incorporar hábitos de forma efectiva
Ahora que tenemos claros algunos de los beneficios, quiero darte 5 tips para incorporar hábitos a tu vida de manera realmente efectiva.
Simple planificación
Así como te anotas las reuniones que tienes en un día, te reservas media hora por la tarde para ir a hacer la compra o te apuntas en la agenda que a X hora tienes que llamar a tal persona, puedes planificar cuándo y dónde vas a realizar ese nuevo hábito.
Si creas un plan específico para tu nuevo hábito, y te apuntas cuándo y dónde vas a realizarlo, habrá más probabilidades de que lo hagas con éxito.
Al ya tenerlo planificado, no tienes que esperar a que llegue la motivación ni tomar la decisión en un momento u otro. Sencillamente sigue el plan que ya has preparado previamente.
Algunos ejemplos:
- Haré 45 minutos de ejercicio a las 17h, en mi gimnasio.
- Leeré un capítulo más del libro a las 20h, en el sillón del salón.
Un hábito ya existente puede ser el desencadenante
Una manera fácil de asegurarte de realizar un nuevo hábito de manera consistente, es vincularlo a un hábito que ya realizas con regularidad en tu vida.
De esta manera, una vez más, no tienes que pararte a pensar ni hacer un hueco en el día para poder realizar esa acción. Simplemente relaciona tu nuevo hábito con uno ya existente en tu día a día.
Algunos ejemplos:
- Por la mañana, después de lavarme la cara, practicaré la gratitud escribiendo 3 cosas por las que estoy muy agradecidx
- Los sábados, después de tomarme mi desayuno, me pondré la ropa de deporte para hacer ejercicio.
Rodéate de gente que te motive y comparta tus intereses
Si paso gran parte de mi tiempo con amigxs que se dedican a pasar la tarde en el bar bebiendo cervezas, es muy probable que yo (en mayor o menor medida) termine haciendo lo mismo. La llamada ‘presión social’ realmente puede marcar nuestras tendencias.
Pero aquí está la buena noticia: podemos usar esta presión social a nuestro favor. Si nos juntamos o hacemos planes con personas que nos motivan y comparten nuestros intereses, podemos llegar a incorporar esas acciones que esas personas realizan de forma habitual en su vida como hábitos propios. Esa motivación es realmente poderosa.
Algunos ejemplos:
- Si tu objetivo es practicar ejercicio de 4 a 5 días a la semana, queda con esa amiga fitness que lo hace desde hace años.
- Si quieres empezar a comer sano, comparte fotos y recetas con tu prima healthy a la que le encanta hacer ensaladas y siempre va a restaurantes sanos.
Estímulos visuales, crea el ambiente ideal
En este punto se trata de colocar estímulos visuales muy evidentes, creando así un ambiente ideal que atraiga tu atención hacia ese nuevo hábito.
Si preparas ciertas señales o estímulos visuales en tu entorno diario, será muy difícil pasarlas por alto y formarán parte de tu día a día, se convertirán en un acto automático (que es lo que intentamos conseguir).
Algunos ejemplos:
- Para beber esos 2 litros de agua al día, deja una botella de agua de litro en la mesita de noche y otra en el escritorio.
- Para tomar las vitaminas diarias por la mañana, puedes colocar el bote de vitaminas al lado de la cafetera.
Refuerzo positivo: ¡premio!
Realizar alguna acción que te gusta al finalizar ese hábito que intentas incorporar a tu vida a modo de recompensa es otra práctica que puede dar muy buenos resultados.
Algunos ejemplos:
- Leeré 10 páginas más del libro y, cuando termine, miraré mis redes sociales.
- Haré 45 minutos de bici y, cuando termine, veré un capítulo de mi serie favorita.
Son muchos los beneficios de incorporar nuevos hábitos a tu vida, y hay diferentes maneras de conseguirlo de forma efectiva. Prueba hasta encontrar el método que mejor te funcione y poco a poco podrás disfrutar de unos resultados duraderos.
Importante: céntrate en el momento actual, recuerda el objetivo que quieres conseguir para conseguir motivación en esos días que te cueste mantener el ritmo y sé paciente, los resultados llegarán.
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