¿Eres de las que se pone 8 alarmas para despertarse y, aún así, tira del “snooze”? Si es así, puede que te apetezca más bien poco levantarte más temprano para entrenar de buena mañana. Te entiendo, me ha pasado.
No te voy a mentir, no se consigue en 1 día, pero sí que se puede y es algo realmente beneficioso y satisfactorio.
Algunos beneficios de entrenar por la mañana son la energía con la que empiezas el día, la mente despejada y libre de estrés y el asegurarte de hacer ejercicio, ya que si esperas a la tarde-noche, muchas veces terminas procrastinando y lo dejas para otro día.
Adquirir el hábito de levantarte temprano para hacer ejercicio es posible. Si quieres saber cómo, sigue leyendo. Te traigo 4 consejos que te ayudarán a encontrar la motivación necesaria para entrenar por las mañanas.
Prepárate la noche anterior
Algo tan simple como preparar por la noche la ropa de deporte y las deportivas cerca de la cama puede marcar la diferencia.
Suena la alarma y tu cabeza inicia un debate entre seguir durmiendo o hacer ejercicio, y entonces ves desde la cama todo preparado y haces un cambio de chip.
Es una manera genial de evitar que el sueño gane y agilizar la puesta en marcha nada más levantarte.
Si por ejemplo vas a tener una clase de yoga por la mañana, deja también preparada la esterilla. Si quieres ir al gym, deja lista la bolsa con todo lo que necesites (toalla, botella de agua…).
No sólo te “obligas” a ti misma a arrancar por la mañana sino que, ya por la noche, vas cambiando la mentalidad y la actitud.
Planifica tus entrenos
Planifícate. Prepara tus entrenos, anota los ejercicios que quieres realizar durante la semana. Así como puedes apuntar en tu agenda o calendario una reunión o un almuerzo con unas amigas, tómate un tiempo para apuntar qué días quieres hacer ejercicio, o qué horas quieres dedicarle y qué tipo de entrenamientos.
Ver todos tus entrenos en un mismo sitio (agenda, calendario, app en el móvil…) no sólo te sirve para despejar dudas de cuándo o qué harás de ejercicio durante la semana, sino que te motiva y te hace desearlo más.
Es una sensación genial empezar la jornada tachando ya ese entreno de tu lista.
Asegúrate de ser realista. Si un día te has propuesto un entreno muy duro, al día siguiente puedes optar por una clase de yoga, por ejemplo. No te olvides de dejar algún día de reposo, para que tu cuerpo se recupere.
Recuerda cómo te sientes al terminar de entrenar
¿Te has fijado en lo bien que te sientes al finalizar un entreno? Puede costar arrancar y empezar, pero la sensación tanto física como mental que te queda al terminar de hacer ejercicio es tan reconfortante que te dan ganas de hacerlo cada día.
Pude costar adquirir el hábito de levantarte más temprano, pero piensa en lo bien que te vas a sentir al terminar.
Trata de recordar estas sensaciones cuando te despiertes. Después de entrenar te sientes con más energía y menos estrés. ¿No es esa una manera maravillosa de empezar el día?
Encuentra tu estilo, haz algo que te encante
El ejercicio que elijas no debe ser algo que no te guste. Ve probando hasta que encuentres aquello con lo que te sientas más cómoda, aquello que disfrutes más haciendo.
Es fácil frustrarse si se intenta hacer el ejercicio que está de moda en cada momento. Si no te gusta correr, no corras. Si no te gusta el yoga, no lo hagas. Si no te gusta el ejercicio que haces o no sientes satisfacción cuando lo terminas, es muy probable que lo acabes abandonando o que no te levantes temprano para hacerlo.
Hay muchos entrenamientos que puedes probar hasta encontrar aquel que te guste, que encaje contigo. Una vez lo hagas, levantarte temprano será mucho más fácil y lo disfrutarás mucho más.
Sea de un modo u otro, encontrar motivación para entrenar por las mañanas es posible, y una vez lo haces la sensación de realización y la energía que te queda en el cuerpo valen la pena. Prueba uno o varios de estos consejos y te aseguro que, si quieres, lo conseguirás.
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